Testimonio de una llama-alma gemela sobre aprendizajes y comportamientos en etapa de huídas-separaciones-miedos.

 

 

 

"Solemos tener pocos testimonios de hombres (o mujeres) de los que se ha dado en llamar “runners” para que nos entendamos.

En mi caso, es cierto que la que primero recibió información sobre lo que éramos de forma consciente fui yo, pero él siempre notó algo diferente entre nosotros y creo que eso lo percibió antes que yo. En cuanto empecé a comprender se lo dije, y al poco tiempo me dijo que algo pasaba y que cada vez que le hablaba del tema se le hacía un nudo en el estómago, y que sabía que eso era algo importante.

Pero siguió comportándose como lo había hecho hasta ese momento. Metido en una vorágine de mujeres, fiestas, mentiras y alcohol. Y tratándome bastante mal, con desprecios, ignorándome.. Fue una etapa muy dura.. Pero cambió poco a poco, al tiempo que tb cambiaba yo, claro. Aprendí a respetar su vida. Él nunca dejó de mirarme de reojo, a pesar de seguir su ritmo.

En nuestras discusiones era habitual que me faltara al respeto, y aunque me costó, aprendí a responder con amor. Y eso poco a poco fue haciendo que él también cambiara. Siempre dice que de mí aprendió a amar a quien le hace daño. Él solía justificar su comportamiento conmigo por mis “pataletas” como él llamaba a mis reclamos. Me culpaba y me decía que yo era la que armaba todo aquello. Y aunque no justifico su comportamiento, en parte era cierto. Aprendí a sentir amor y a no tener tantas “pataletas”.

Pero como también me fui queriendo cada vez más, me di cuenta de que si las tenía tampoco era para quemarme en la hoguera, que después poco a poco volvía a mi estado habitual de amor, y que me tenía que respetar en eso, porque era mi forma de expresar mis emociones. Y así se lo hice saber. De esta forma él aprendió a respetar también mis malos momentos. Vio que yo ya no me venía abajo cuando él me echaba algo en cara.

Uno de sus miedos era precisamente el de tener a mujeres “histéricas” que le reprocharan cosas y que lo abandonaran, eso lo hacía sufrir inmensamente. Ahí estaba yo para reflejárselo, y para hacerle comprender poco a poco, que por una parte su comportamiento lo provocaba, y que por otra parte, si respetaba esos momentos, al final pasaban y todo volvía a la normalidad y no lo abandonaba, si no que lo seguía amando.

Ahora, cuando yo tengo un mal momento, se calla.. Escucha, deja pasar el tiempo y espera a que yo esté bien. Ha aprendido que no me voy a ir por eso, que sigo amando aunque me cabree o me parezca algo mal. Antes cada pelea era la posibilidad de que lo abandonaran y se ponía a la defensiva contraatacando. Ahora sólo me espera.

Escribo contando esto para que veáis que ellos, aunque no lo parezca también hacen sus cambios, a su ritmo. Van comprendiendo y cambiando. Eso sí, en el caso de mi AG, siempre lo hace cuando él quiere, no cuando a mí me parece. Él necesita su espacio y su ritmo para que la información le resuene y llegue a cambiar su comportamiento.

Es un baile de a dos.. Según uno va haciendo pequeños avances, el otro lo siente y también cambia pequeñas cositas. Este ha sido nuestro ritmo, y ahora él es el que cuando me descuadro me dice que confíe, que las cosas llegan sin forzar. Pero ya me lo dice con amor, no armando las broncas de hace un par de años.

Sirva este mensaje para que mantengáis la fe, que sepáis que ellos van también cambiando, pero que estos cambios van parejos en los dos. No sirve de nada creer que se es la parte consciente y “avanzada”, mientras sufrimos su ausencia. Si aún sufres, algo hay que arreglar en ti, acepta esa parte de ti y trata con amor a tu AG, lo que no quiere decir que dejes que te trate mal. Sólo ama y aléjate cuando no puedas estar cerca.

Ellos cambian, yo he visto toda la evolución de mi AG, desde el principio, con sus mentiras, sus maltratos, tratando de hacerme culpable de cualquier cosa, hasta ahora, cuando él trata de comprenderme, de respetar mi ritmo, de no herirme, y de esperarme cuando ve que no estoy bien. Tiene la seguridad, que no la tuvo antes, de que aunque tengamos un malentendido, si me da un abrazo yo voy a saber que todo está bien. Y sobre todo, tiene la certeza de que no me va a perder. Y no os imagináis el grandísimo avance que es eso. Para él también ha sido un largo camino de aprendizaje."

Anael Almas Gemelas Misión de Amor

 

 

Sirena Corazón

Blog "Almas Gemelas que se Unen"