"MAÑANA
Por Liana Castello
Escritora
Dicen que existió un hombre que
vivía preocupado por el mañana. Dedicaba sus días a pensar cuánto ahorraría para
su futuro, qué ocurriría al día siguiente, cómo podría prevenir las
cosas.
Al hombre lo torturaba la idea de no
saber qué podía suceder, no podía convivir con la idea de que la vida es, muchas
veces, una agradable sorpresa o simplemente una sorpresa, y que no está en
nuestras manos manejar todo y adelantarnos con exactitud a lo que nos podrá
pasar.
Silas, así se llamaba el hombre, no
la pasaba nada bien, no disfrutaba de su presente y se atormentaba pensando en
el mañana.
En vano sus familiares y sus amigos
le aconsejaban que no era bueno lo que hacía, que una cosa era ser precavido y
otra intentar saber con certeza qué ocurrirá al día siguiente y el otro y el
otro. El hombre no entendía que pretendía un
imposible.
Silas no era feliz, el miedo a no
saber qué pasaría en el futuro se había instalado en él y había calado hondo su
alma, lo apresaba y no podía deshacerse de él. Sus días estaban completos de
planes, dudas, incertidumbres: el miedo a morir, el saber si llovería o no, el
futuro de sus hijos, el porvenir económico. No podía gozar de aquello que tenía
en el momento, el presente era algo que casi no existía para
él.
Un día, desesperado y cansado de
sufrir, se arrodilló y elevó una plegaria. Pidió poder saber, poder anticipar,
no vivir con el miedo a cuestas. Estaba enfermo y no lo advertía, pedía un
imposible, una irrealidad.
Pidió con tanta desesperación, fue
tan desgarradora su plegaria que un ángel decidió concederle ese imposible
deseo, solo con la intención de que ese hombre aprendiese de qué se trataba la
vida.
Cuando abrió los ojos, secó sus
lágrimas y sintió algo parecido a un gran alivio.
Se dio cuenta de que al día
siguiente llovería, que no le convenía invertir en el negocio que le habían
propuesto días atrás, que sería mejor que esa noche comiera liviano para no
sentirse mal.
Y fue feliz, o creyó serlo. Su deseo
se había hecho realidad, ya no temería al mañana, podría anticipar, prever,
saber con certeza qué pasos seguir. Pensó que su sufrimiento y su tortura se
habían terminado para siempre. No tardó en descubrir cuánto se había
equivocado.
Supo un día que ese sería el último
que vería a su padre con vida, supo que un amigo lo traicionaría, y a qué hora
se despertaría cada mañana, qué soñaría. Sabía todo, si saldría el sol o no, si
haría frío. Supo por qué razones tendría que alegrarse, entristecerse, sufrir y
gozar. No lo sorprendía un beso, ni se emocionaba porque siempre sabía qué
pasaría.
Comenzó a sentirse mal y, en
principio, no entendió el por qué. Tenía todo bajo control, ya no sentía miedo
ni angustia por el futuro, eso era cierto, pero la realidad no era mejor, por el
contrario.
Había perdido el “mañana”, su vida
era una historia con todas las páginas escritas y con un final conocido. Saber
con certeza lo qué sucedería no lo había hecho un hombre más feliz. No había
ganado nada. Había perdido la capacidad de emocionarse y, sobre todo, de
sorprenderse.
Entendió entonces cuánto se había
equivocado y que el hecho de que la vida nos sorprenda es un regalo que no había
valorado jamás.
Tristemente, reconoció que sufría
aún más que antes, que la irrealidad que tanto había deseado era más torturante
que la realidad que había despreciado.
Volvió a llorar y volvió a suplicar,
pero esta vez con más sentimiento, con verdadera emoción, con un profundo dolor
y arrepentimiento.
El ángel sonrió como diciendo “sabía
que no resultaría” y, así como le dio el don de saber el futuro, se lo
quitó.
Cuando Silas abrió los ojos, sintió
algo que le devolvió la felicidad. Era el aroma de una rosa que una niña le
ofrecía. Un obsequio, un presente que él no lo había podido prever. Esa niña,
que era sinónimo de futuro, y ese obsequio, que era sinónimo de presente, le
erizaron la piel.
Se convenció, de ahí en más, de que
ya no sabría nada con certeza, excepto que cada día sería un mañana que valdría
la pena transitar con emoción.
Con ese mañana,
Silas recuperó su presente y nunca jamás volvió a estar seguro de nada, pero, a
partir de ese entonces, fue realmente feliz.”
Liana
Sirena Corazón
Blog "Almas Gemelas que se Unen"
3 comentarios:
ATENCIÓN-AVISO A TODOS
Deseo comunicarles que por un tiempo NO voy a responder a vuestros comentarios-preguntas aquí en el blog y correos-mails privados.Agradezco vuestra compresión y apoyo.
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Como en varias ocasiones he mencionado: hay que tener cuidado,precaución con lo que uno encuentra y lee ya sea en libros,artículos o lugares en Internet.
Cada uno de vosotros sabrá discernir y se quedará con lo que crea acertado-verdadero y /o resuene en vuestro corazón.
Un abrazo de luz
Sirena Corazón
Que bonito y sabio.
Disfrutar del presente y dejar que las cosas sucedan a su tiempo.
Gracias, besos
Cloty
Hola Cloty:
Muchas gracias a ti y muchos ánimos!Vive el Presente y deja el futuro,el mañana, los miedos ,y dudas en manos de Dios.
Un abrazo de luz
Sirena Corazón
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