Sobre vidas pasadas, regresiones, y relaciones de Almas, (almas-llamas-flamas gemelas y almas afines-compañeras) he publicado muchos materiales aquí en el blog "Almas Gemelas que se Unen".
Hoy comparto con vosotros un artículo interesante escrito por Goy Paz, sobre "El Perdón" y su experiencia de regresión a vida pasada y su caso-historia con su alma-llama-flama gemela ("su amada tórtola" como ella le dice).
La regresión a vidas pasadas mediante la hipnosis puede ayudar en algunos casos,es una buena herramienta, pero debe ser guiada por buenos profesionales (médicos psiquiatras y/o psicólogos especializados) y hay que estar en condiciones mentales y emocionales y no estar enfermos,pues como comprenderán es muy peligroso. Como siempre les digo en mi blog: saber discernir y tener mucho cuidado.Estos temas son muy delicados e importantes. No todos los "problemas" que se tienen ahora con nuestras almas gemelas y /o afines compañeras se pueden tratar o solucionar con la regresión a vidas pasadas. Y no es aconsejable realizar regresiones por simple curiosidad, ignorancia, o “modas”…y no todas las personas ni profesionales están preparadas para realizarlas.
Un abrazo de luz! y recuerden que cada caso-historia de almas es único, diferente, especial y hermoso! Y que todo todo lo que cada uno está viviendo-aprendiendo es parte del camino de evolución personal y todo está bajo la mirada, cuidado y amor de Dios.
Sirena Corazón
Blog "Almas Gemelas que se Unen"
"El Perdón está un Peldaño más Arriba del Amor Personal” por Goy Paz
Decir: "te
perdono" no es lo mismo que perdonar de verdad. Llegar al verdadero perdón
implica un proceso de concienciación interior que nos lleva de regreso al amor
incondicional.
Cuando nos
hieren suele resultar poco fácil perdonar. Claro que todo depende de la
profundidad de la herida. Mientras más profunda, más difícil se vuelve olvidar,
transformar y perdonar. Y así, creámoslo o no, podemos pasar vidas, dando
vueltas en el círculo vicioso del dolor. Hoy me hieres tú a mí, esto no se
resuelve ahora y queda pendiente, entonces, continuamos con el proceso la
siguiente vida y si ese círculo de heridas no se hace consciente, lo repetimos y
caemos en un juego sin entender el propósito de aprendizaje detrás del mismo.
Pero, entonces, ¿qué es el perdón y por qué es tan importante para el despertar
del alma?
De acuerdo con
la Real
Academia Española, las palabras perdón y perdonar provienen del
prefijo latino per y del verbo latino donāre, que significan, respectivamente,
“pasar, cruzar, adelante, pasar por encima de” y “donar, donación, regalo,
obsequio, dar (si procede de la palabra donum, y “hasta que se cumpla el tiempo
(estipulado)” (si procede de la palabra donec), lo cual implica la idea de una
condonación, remisión, cese de una falta, ofensa, demanda, castigo, indignación
o ira, eximiendo al culpable de una obligación, discrepancia o error. (Fuente:
Wikipedia)
Como siempre,
las definiciones suenan muy técnicas pero vale la pena conocer el origen de la
palabra. Todos sabemos lo que significa el perdón, lo que no sabemos es cómo
llegar al verdadero perdón. Expresarlo en palabras no necesariamente sirve a
nadie. Voy a enfocarlo de otra manera. El perdón emite un cierto tipo de
vibración de alto calibre, muy alto calibre. Yo lo he puesto por encima del
“amor personal” puesto que llegar al verdadero perdón, uno de corazón, implica
llegar a una comprensión integral del amor incondicional. También le he puesto
por encima del amor porque amar es, relativamente, natural y fácil, pero
perdonar tiene un costo y es el que hay que pagar para lograr ese alto nivel
vibracional. Prácticamente, hay que hacer un proceso de transformación interna
para lograr ese nivel vibracional que representa el perdón. Las experiencias con
otras personas que nos estimulan la realización del perdón son apenas un espejo
de lo que necesitamos lograr con nosotros mismos, es decir, el perdón a uno
mismo, algo quizás más difícil de lograr que el perdón a
otro.
Quisiera exponer
un ejemplo a través de un proceso para ofrecer una opción de identificación y
comprensión del tema. El tipo de ejemplo que usaré puede resultar efímero y poco
racional, pero apelo a la apertura para, por último, considerarlo como una
historia metafórica para llegar al punto del perdón. Como he narrado en otros
artículos del blog, en este verano de 2012, realicé una regresión a una vida
pasada. Mi intención inicial era llegar a una vida que me permita ver algún
vínculo con mi exceso de peso en esta vida pero, finalmente, me fui a un tiempo,
hace aproximadamente 7 mil años atrás en que tuve una experiencia con “mi amada
tórtola“, personaje que he mencionado frecuentemente en los blogs. En esa vida
yo era hombre y él era mujer. Pude ver algunos pasajes de aquella vida pero no
los detalles precisos de la misma. Desde agosto hasta noviembre pasé procesando
la información de las imágenes que surgieron. Al inicio las interpreté desde una
perspectiva relacionada con quien yo soy en esta vida pero, con el tiempo,
seguían apareciendo las imágenes como diciéndome que todavía faltaba procesar el
asunto. La regresión sucedió en una jungla y representaba una época de armonía
con la naturaleza. Lo que me sorprendió ver, cuando estuve en esa vida, fue el
nivel de conexión espiritual con el que se vivía. Cuando preparé un programa
radial sobre las Yugas, me di cuenta de que había una relación interesante entre
aquella época y esta. Las dos etapas suceden en una transición de eras. Las
sorpresas solo se iban sumando cuando encontraba sincronismos. En aquella vida,
a más de la transición, la conexión espiritual y la relación con el medio
ambiente, se vivía los altibajos del cambio de eras. Supuestamente eso fue lo
que le impulsó a dejar la “aldea” y dejar a esta pareja. Tengo, con mucha
claridad, la impresión de cómo ese personaje se sentía sobre sí mismo. Era muy
seguro de sí, con una visión y una dirección. Parecía que se fue por motivos de
una búsqueda de otro lugar para habitar. Regresó a la aldea luego de unos 6 años
de total ausencia para encontrarse con ella. No se comunicó durante esos años
porque se sentía muy seguro de sí mismo y de su relación con ella. Cuando
regresó se topó con una mujer depresiva que había perdido su alma. Tenía un niño
cargado en la cintura y ella solo veía al piso, sin alma, sin vida, funcionaba
de forma mecánica, como que no tuviera conciencia ya. Cuando él llegó a la aldea
para verla, era tal el estado de ella que ni le reconoció, no solo porque no
podía alzar a ver, sino porque estaba como muerta en vida. Él no lo podía creer
y entró en total desesperación. En la regresión no pude ver qué sucedió para que
ella esté así, no creo que lo hubiese podido soportar. Con ver lo que vi estaba
hecha un mar de lágrimas y con una opresión terrible en el pecho. Luego la
terapeuta me llevó al final de esa vida y le encontré solo, en otro pueblo,
viviendo en un estado de desolación, con toda la atención centrada en ella pero
lejos de ella, sin saber más sobre su vida. Esa visión que tengo de ese hombre,
al final de su vida, viendo hacia la aldea donde ella vivía, me dejaba saber que
él no pudo superar verla de esa manera y que sentía culpabilidad por lo que
pasó. El perdió todo lo que pensaba que tenía asegurado porque la abandono y
descuidó la relación. Aunque hayan sido dos almas que eran una sola, jamás debió
dejar de cultivar la relación porque eso tiene consecuencias para los dos, más
aún si son la misma alma en la expresión dual de este
universo.
Cuando terminó
la regresión, no solo que estaba hecha un mar de lágrimas sino que me decía a mi
misma que jamás le abandoné, que solo me fui en busca de otras tierras, y que no
fue un abandono. Fue tal mi angustia que, ese mismo día, al regresar a casa, me
comuniqué con “mi amada tórtola” y le hice algunas preguntas antes de decidir si
valía la pena contarle lo que vi o no. No recuerdo todas las preguntas que le
hice pero al menos 3 las recuerdo con claridad:
1) ¿Cómo te
sentirías si fueras a la jungla? Contestó:
inseguro
2) ¿Sientes que
has sido abandonado? Contestó: sí
3) ¿Sientes que
estás desconectado de tu alma? Contestó: sí
Recuerdo que
todas las preguntas que le hice contestó como si hubiese sido parte activa de la
regresión que venía haciendo. Lo único que le dije, y fui insistente, fue: yo
jamás te he abandonado, ¿puedes darte cuenta de eso? Él, sin tener la más mínima
idea de por qué yo le decía esto, me dijo que él sabía que yo no le había
abandonado. Al final de la conversación le conté algo de la regresión pero él no
prestó mayor atención, finalmente, la experiencia fue mía, no de él. Pasaron
algunos meses y las imágenes regresaban. Había algo que parecía que no cuadraba
totalmente. Para empezar, luego de hacer esta regresión, empecé con un dolor
terrible en la cadera que me duró por lo menos un mes. No entendía qué me pasaba
y asocié este dolor con la lumbalgia que me dio justo el verano y de la que
todavía no salía cuando esto pasó. Pero, un día, cuando regresé de las
vacaciones y preparaba algo sobre los chakras para un taller que estaba por dar,
vi la asociación de la culpabilidad con el segundo chakra, justo el área en la
que yo estaba afectada. Entonces, tuvo sentido ese dolor, pues me sentí muy
culpable por lo que pasó, lo que me rayaba era que algo de una vida pasada pueda
afectar tanto en esta vida y más aún a nivel físico. Bueno, por un tiempo seguí
analizando el asunto desde la realidad de quien soy ahora y eso me impedía ver
lo que tenía que ver y aceptar las cosas tal como fueron. Un buen día de inicios
de noviembre, cuando ese dolor de cadera volvió y se agudizó, decidí cerrar los
ojos y preguntar internamente de qué se trata este malestar. Apenas cerré los
ojos vi, de forma abstracta, la relación de este dolor con esa regresión y vi,
por primera vez, el asunto desde otra perspectiva. Fue todo en cuestión de
segundos y esa es la maravilla del lenguaje del alma, que revela cosas grandes
en cuestión de segundos. No había querido aceptar mi narcisismo de aquella vida
y peor aceptar que yo le abandoné sin considerar sus sentimientos, sin
considerar lo que ella significaba para mi, sin recordar que ella era mi misma
alma. Ese estado ensimismado que tenía no podía considerar al otro, solo a m
mismo y eso fue lo que provocó la desconexión del alma, tanto de ella como de
mi. Solo que ella me reflejó, con su vida, lo que hace ese estado de
ensimismamiento, es decir, la total desconexión del
alma.
Ahora, ¿cómo se
relaciona ese episodio con esta vida? Pues, interesantemente, ella nació en esta
vida como hombre y yo como mujer, él vive en un mundo narcisista y yo busco el
despertar del alma. Los dos vivimos en continentes diferentes, separados
físicamente. Desde casi el inicio él ha buscado maneras de herirme profundamente
y lo ha logrado y yo he reaccionado muy severamente a sus heridas, hiriéndolo de
regreso con la misma intensidad. No hemos entendido por qué entramos en esa
dinámica pero ha sido, realmente, muy dura y dolorosa para los dos. Por eso,
innumerables veces terminamos la relación pero, igualmente, hay algo que nos
hace volver a estar en contacto porque, finalmente, también suceden cosas
favorables para el despertar de nuestras almas y, posiblemente, hay más cosas de
las que no somos conscientes que nos unen. Así que el otro día, que tuve esa
revelación y que acepté que yo fui un terrible y que le abandoné, decidí volver
hablar con “mi amada tórtola” y le comenté sobre este asunto. No sé cómo él
puede entender todo lo que comparto ya que su nivel de desconexión interior ha
sido total pero, luego de 4 años de esta difícil relación, finalmente, está
generando cambios en su vida que están yendo de afuera hacia adentro y que,
aunque no es la mejor opción, pues es un camino y lo importante es que algo está
sucediendo. Cuando conversamos, él me dijo que lo entendía y le pregunté si
creía que yo estaba loca con todas estas historias que suceden de un solo lado
de la relación y me dijo que no, que no consideraba que estaba loca ya que
acepta lo que le cuento y tiene algún sentido para él. Sabemos que tenemos que
trabajar en algo que resulta intenso para ambos y la disposición, por suerte, la
tenemos los dos. Entonces, le pedí que, para empezar, necesitaba que me perdone,
pero perdonar desde adentro. Sin el perdón no hay manera de avanzar al siguiente
paso. Y, como él no ha tenido la experiencia directa y no puede sentir todo lo
que esto ha implicado, la mejor forma de llegar a ese perdón es trabajándolo con
experiencias reales de su vida. Así, podrá irse construyendo una red de
intercomunicación entre experiencias y situaciones que, de una manera o de otra,
afectan la historia que los dos tenemos. Sentí una necesidad muy fuerte de
pedirle que trabajemos en ese tema y él accedió. Parece estar muy dócil estos
días y sólo espero que sea consecuencia de que se está iniciando el cambio que
necesitamos. En el proceso de perdonar al otro hay un proceso que todavía es más
importante y es el perdón a uno mismo. A mí me costó muchísimo aceptar que me
equivoqué, que obré mal, que yo pude haber sido así en algún momento de mi
existencia, pero solo cuando lo acepté empezó a cambiar la energía. Es más, otra
confirmación de la relación que hay entre ese dolor de cadera y esa culpabilidad
es que luego de que le llamé para pedirle que me perdone y contarle la nueva
versión de esa regresión, al siguiente día amanecí casi sin dolor de la cadera.
Todavía hay cosas pendientes pero espero irlas descubriendo lo más pronto
posible antes de que la consecuencia física sea más
complicada.
Al incluir la
nueva comprensión de esta regresión y aplicarla a nuestra historia ahora,
pudimos notar un cambio, como que al entender que muchas cosas se repiten, de
forma inconsciente, lo importante es tratar de entender lo mejor que se pueda y
llegar hasta donde se pueda del origen para poder tener una visión más amplia y
cambiar la dirección del intercambio. Igualmente importante es no quedarse en la
visión expandida que dio la regresión sino ampliar la visión a algo más grande
hasta llegar al trasfondo de todo que es una sola cosa, la única cosa por la que
existimos: amor. Y, llegar a este nivel de amor puro e incondicional requiere el
trabajo de elevar el nivel vibracional de la persona. Es como la búsqueda del
tesoro más grande e importante, refundido en el lugar más recóndito e
inimaginable posible. La persona que lo busca necesita un compromiso total, usar
su creatividad, encontrar pistas, mirar las pautas, usar su imaginación, abrirse
a la mente más amplia para tener acceso a miles de opciones y, sobretodo,
desarrollar su intuición para seguir el camino del corazón que es el camino más
seguro para llegar al tesoro.
Hay muchos
caminos para llegar a la altísima vibración del perdón. Lo que comparto aquí ha
sido mi camino, pero no es necesario que se regrese a otra vida para lograr la
práctica del perdón al nivel que me estoy refiriendo. Cada quién tiene su
historia y puede llegar por medio de ella al mismo lugar. Lo importante es lo
que hacemos para llegar a ese destino. A mí me ha ayudado reconocer las cosas en
este camino que escogí. La información y la comprensión no llegan tampoco fácil,
ha requerido que preste mucha atención, que pueda discernir y aceptar cosas que
no me gustan de mí o de la historia de mí existencia en otras vidas y,
sobretodo, es importante lograr una atención expandida que vaya más allá del yo
personal de este momento. Sin esta apertura, no hubiese podido aceptar el pasado
y esto solo está ensanchando la relación con el Yo Superior y los horizontes de
la mente. Espero que él y yo logremos manifestar el verdadero perdón, pero el
proceso para lograr eso será otra historia.
Goy
Paz
5 comentarios:
Hola,
Muy hermoso, me hizo llorar, gracias por compartirlo!!!
L.S.
Hola L.S:
Gracias, es muy bonito!
Un abrazo de luz!
Sirena Corazón
A quién me escribió aquí dejando su comentario y su nombre o apodo comienza con la letra "H":
A la brevedad te respondo a tu correo-mail y así nos comunicamos.Muchas Gracias !
Un abrazo de luz!
Sirena Corazón
Hola:
Como sera posible trabajar el perdón cuando es una prueba tan difícil de llevar como lo es tratar a una persona totalmente desconectada y narcisista?
A estas alturas creo lo mejor es amar su alma en la lejanía ..
Hoy 28/11/21 llegué a tu blog,hace días hice sesión de regresión para tratar de confirmar si la relación actual que tenía con mí pareja de hace un año venía de vidas pasadas. Efectivamente si, fuimos pareja, tuvimos hijos y familia; la coincidencia en todas las vidas que vi fue el abandono y el no elegir su familia, sentir que no me elegía (él era militar,soldado,en la actualidad es policía) y el nexo en esta vida es lo mismo. Sentir que no me elegía, que estaba su trabajo, el deber ante todo. Entonces descubrí que debía perdonarlo, perdonar por todo lo que no fue y no es en esta vida; así poder liberarnos y sanar. El tema era como perdonar sin dolor?porque el dolor trae resentimiento o recelo, entonces obtuve la respuesta simple:Valorar lo bueno que me dio,tanto en esta vida como en las anteriores. No todo es malo, valorar lo que aprendí a nivel consiente en esta vida. Entonces debía perdonarlo, liberar y agradecer. Suele ser muy difícil perdonar sin dolor, pero para poder hacerlo hay que entender que de eso hay un aprendizaje que te hace evolucionar.
Yo lo perdone, lo libere y agradecí por el Amor que le tengo. Sé que nos vamos a volver a encontrar pero ya sanados y evolucionados. Mucha Luz para quienes están todavía en el camino del perdón. No es imposible si se lo hace desde el Amor. "@LuzdelAlma"
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